La Noche de Rábanos es una tradición en Oaxaca, te comparto 10 cosas que a lo mejor no sabías de esta festividad próxima.
La Noche de Rábanos une los ocios campesinos y artesanales que son tan importantes en el estado, pues se presentan figuras artísticas elaboradas con rábano, flor inmortal y totomoxtle.
La sede para apreciar las figuras elaboradas a mano -que hablan del imaginario y el talento local- es el Zócalo de la ciudad de Oaxaca, donde se instalan alrededor de 64 stands.
Todo inició como un tianguis que se hacía cada 23 de diciembre en el cual los comerciantes vendían pescado y verduras para las comidas de Vigilia previas a la Navidad. Los hortelanos del barrio de Trinidad de las Huertas usaban los rábanos para hacer figuras y hacer más atractivos sus puestos.
Según registros de exposiciones de floricultura y horticultura del mercado de la Vigilia que se realizaba en el centro de la ciudad, el primer certamen de Noche de Rábanos se llevó a cabo en 1897.
La preparación de la Noche de Rábanos lleva detrás mucho trabajo de por medio. En primer lugar, los rábanos se siembran de septiembre a noviembre, en los terrenos de la Comisión Estatal Forestal, en el Bosque El Tequio, en Santa Cruz Xoxocotlán.
Las variedades utilizadas son bartender, también conocido como “largo”, y el champion o “bolita”. Los primeros rábanos llegan a alcanzar más 50 centímetros; un mes después se preparan los medianos; y, por último, los pequeños. El 19 de diciembre, niños, jóvenes y adultos acuden a cosechar lo que utilizarán para sus obras.
Las creaciones que se exhiben incluyen representaciones de figuras humanas, personajes ilustres, animales, nacimientos y tradiciones típicas de la región como la Guelaguetza o la festividad de la Virgen de la Soledad
De acuerdo con cifras que presenta este Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), la producción nacional de rábano en 2017 fue de 73.45 mil toneladas.
se realiza la premiación de las mejores piezas en cada una de las categorías, las cuales son evaluadas por un jurado conformado por personalidades del ámbito cultural de la entidad, dedicadas a preservar las tradiciones y costumbres de esta tierra
Las autoridades e invitados especiales hacen primero el recorrido y después se une la gente que hace cola para admirar este singular evento en la capital oaxaqueña. La noche se cierra y la música suena alegre por todo el zócalo, los juegos pirotécnicos adornan el piélago de la noche fresca y estrellada de la Verde Antequera, las esculturas de rábano cobran vida por un tiempo bajo el ojo de cada visitante; la Noche de Rábanos ha sorprendido una vez más a quien ha tenido la fortuna de verla, y renace la esperanza de volver a disfrutarla una y otra vez en la tierra del color y las manos prodigiosas.